La mañana estuvo fresca en el inició de la jornada, los atletas iban a dar todo de sí para intentar alcanzar el podio, en este día que se definía todo. De a poco se fue llenando el estadio “Nuestra Señora del Carmen”, estudiantes de los colegios “San Francisco” y “12 de Febrero”, fueron a apoyar a los deportistas ecuatorianos y a todos los atletas que hoy se despidieron de la ciudad que los acogió durante estos 4 días de competencias.
Pruebas de pista
La brasileña Tamaris de Liz (Santa Catarina), con un tiempo de 18 segundos y 07 centésimas ganó en la prueba de 150 metros planos, las ecuatorianas Ángela Tenorio (Sucumbíos) y Bruna Ortega (Pichincha) se adjudicaron el segundo y tercer puesto con un tiempo de 18 segundos 55 centésimas y 18 segundos 56 centésimas respectivamente.
En la prueba de los 150 metros planos el chileno Giorgio Vinddigni volvió a demostrar que fue el más veloz de los juegos tras adjudicarse la medalla de oro al registrar un tiempo de 17 segundos 25 centésimas. Su compatriota Rodrigo Mancilla obtuvo el segundo puesto tras cronometrar 17 segundos 30 centésimas y el tercer lugar lo ocupó el brasileño Ewerton Orichuela con un tiempo de 17 segundos 31 centésimas.
La paisa Marie Rivera (Bucaramanga) volvió a arrebatarle otro oro a las ecuatorianas en la prueba de 2000 metros, con un tiempo de 6 minutos 26 segundos y 06 centésimas, Valeria Cornejo(Azuay) y Mayra Granja ( Cotopaxi) iban liderando el pelotón pero en la última vuelta la colombiana aceleró el paso, y superó a las compatriotas que se resignaron con el segundo y tercer puesto.
Por su parte Kevin Angulo, volvió a dar una alegría al país al adueñarse del primer puesto en la prueba de 2000 metros, con un tiempo de 5 minutos 45 segundos y 41 centésimas, dejando gran distancia de sus contendores Jhon Vergara (Colombia) y Jóse Mardomes (Chile) que se adjudicaron la plata y el bronce en esta prueba.
En el salto alto con pértiga el ganador fue el chileno Daniel Cathlifaud al alcanzar una altura de 3.70 metros, y plata fue para Juan Graciano (3.40 metros) y el bronce se lo adjudicó el venezolano Leonel Amador (3.30 metros)
Pruebas de Campo
El primer oro para argentina se lo adjudicó Pablo Estevez en la prueba de lanzamiento de martillo, al alcanzar una distancia de 59.82 metros, marca que no la pudo superar el ecuatoriano Kevin Romero ( 52. 10 metros) y chileno Rodrigo Tapia (50.26 metros)
La final de el salto de longitud-damas- se la llevó la argentina Leonela Graciani que alcanzó una distancia de 5.69 metros, algo insuperable para Génesis Romero (Venezuela) y Johanny Luque (Venezuela) que se llevaron el segundo y tercer puesto.
En la prueba del lanzamiento de disco la ecuatoriana Doris Torres se adjudicó la medalla de oro al alcanzar una distancia de 34.04 metros. El segundo y tercer puesto fue para la uruguaya Manuela Mendivil y el tercero para la colombiana Ingrid Viafara.
Relevos 5×80
Con una temperatura ambiente de más de 31 grados centígrados, las pruebas de relevo damas y varones fueron las que más emoción tuvieron por lo reñido de la competencia y por la calidad de atletas que conformaron los equipos de cada país.
En damas, el equipo brasileño conformado por la jóvenes Maryane, Dayanara, Estefany, Dayanee y Tamaris, obtuvó el primer lugar con un tiempo de 49 segundos y 23 centésimas. El equipo de Ecuador se llevó la medalla de plata y Colombia se adjudicó el bronce.
Por su parte en varones, los “rayos” chilenos, vencieron una vez más por velocidad al alcanzar un tiempo de 44 segundos y 65 centésimas, su hinchada estaba emocionada por su triunfo y entrega; un sólo grito se oía en el estadio “Giorgio, Giorgio, tu eres el campeón” , era la barra del chileno Giorgio Vindiggni que quizás fue el atleta más ovacionado de estos juegos, pues demostró que la estatura no hace grande a los hombres, sino su hombría y deseo de triunfar. El fue la clave del triunfo del equipo chileno.
Todo fue fraternidad.
Al término de la competencia los atletas se reunieron en el centro de la cancha para intercambiar camisas, tomarse fotos y despedirse. Las carcajadas se oían a cada paso, los entrenadores bromeaban con los atletas y algunos se mostraban tristes de abandonar a esta hermosa ciudad. Pero, a pesar de que algunos no llevaron medallas, se llevaron algo más preciado e importante, la amistad y el cariño de sus hermanos sudamericanos.